La historia recuperada. Más de un siglo y medio de Mahou. Capítulo I (Inicios hasta 1859)


El espíritu del imperio francés posibilitó que desde 1820 muchos empresarios pudientes y formados se lanzarán a una aventura de industrialización, eligiendo -por su proximidad- España como punto de referencia. Fue el caso del químico y maestro colorero Casimir Mahou Birhan (Metz, 18 de mayo de 1804. Madrid, 19 de agosto de 1875), con importantes intereses económicos y políticos familiares en Francia, quien se apresuró a explorar las nuevas oportunidades de negocio que- por su proximidad geográfica y fácil conexión por ferrocarril- nuestro país le brindaba en sectores tales como la química, la pintura y la cerveza. En estas fechas la comunidad gala en Madrid se permitía un periódico en su lengua, representando en Zaragoza el 7% de su población[1].

Mahou , la aventura francesa de la industrialización en España y la antigua Real Fábrica de Papeles Pintados en Madrid

Según desprende el acta de segundas nupcias, tras su enlace en París con su compatriota y vecina Jeanne Colignan y poco después de nacer en la capital francesa su hija Amalia (8 de junio de 1843) puso rumbo hacia nuestro país. Según fuentes familiares, durante su trayecto hacia España, su mujer falleció a causa del cólera. En esta capital conoció al aragonés Santiago Ballesteros (casado con una compatriota francesa), fabricante de Papeles Pintados y con negocios en Valencia, a quien pronto convirtió en principal socio de sus posteriores empresas.

Con él visitó Barcelona, estableciéndose en la Ciudad Condal y comenzando a trabajar en la fabricación de indianas (telas de colores para ser exportadas a las Indias) que inspiraron el tejido industrial barcelonés. La parte más especializada para estampar tejidos requería conocimientos y habilidades químicas: naturaleza de los colorantes (obtenidos con determinados espesantes, etc…), técnicas para ser aplicados y tipos más importantes de impresión[2].

Entre la historia familiar abandonada en la antigua fábrica de Amaniel y rescatada en 1998 por la Comunidad de Madrid, destacan dos libros en francés -los más antiguos del fondo Mahou[3]– publicados en 1856, con títulos tan reveladores como ”Nuveau Manuel Complet Du Fabricant D´Indiennes” y “Nouveau Manuel Complet de la Fabrication Des Colles”; que delatan tal actividad. También elementos como el conocimiento por parte de Casimir Mahou sobre máquinas de vapor (bombas de fuego) aplicadas a telares mecánicos y aparatos para hilar y su uso magistral de cilindros para estampar, sostienen esta teoría.

El 16 de Diciembre de 1870, Casimiro Mahou Birhan otorgó testamento ante el entonces Canciller de la Embajada Francesa en España. Anotaciones del mismo revelan que era hijo de Nicolás y Anne (Catherine) y tras la muerte de su padre, la madre se estableció en París, recibiendo ésta desde la capital de España, periódicas asignaciones económicas, y siéndole asignada por Casimir una importante herencia, que nunca llegó a percibir[4]No obstante, en su inscripción natal en los archivos franceses de Metz practicada el «28 del mes floreal del año 13» consta como ilegítimo. El mencionado documento, describe que nació a las 8 de la mañana siendo hijo natural de Maria Mahou, quien lo tuvo a la edad de 20 años, primogénita de los mencionados, quienes le acogieron como hijo, siendo en realidad sus abuelos maternos; aunque en la burocracia posterior siempre constaron como sus progenitores[5].

Poco sabemos de sus primeros años, aunque “es razonable suponer que hubiera trabajado en una fábrica francesa de papeles pintados” y que quizá su mujer “pudo ser pariente de la familia Colignan establecida en Madrid en 1809, siendo clientes de Pedro Giroud de Villette” y “tal vez Mahou recibiera a través suya información sobre la necesidad -existente en Madrid- de contar con un especialista en papeles pintados” [6].

El periplo de Mahou entre Zaragoza y Barcelona y -quizá- Valencia, duró un año y medio. La primera sociedad mercantil entre Mahou y Ballesteros contaba con sedes en estas tres capitales.

Documentos custodiados entre finales de 1845 y principios de 1846, delatan que Amalia Mahou Colignan -ya huérfana y con año y medio de edad- viajó a Madrid con su padre de profesión “papelista maestro” [7]. Venía para trabajar en la única empresa (según indica Pascual Madoz en 1847) con su especialización existente en la capital de España[8], fundada por su compatriota francés Pedro Giroud de Villette y regida en esas fechas por el empresario español Lorenzo García

Según contrato de compra venta[9], este lote estaba integrado por “una casa en la Plazuela de San Juan la Nueva nº 6 (antigua) y nº 1 (nuevo) de la manzana 541 (…) cuyas líneas forman un polígono irregular de diez lados con una superficie de 18.383,5 pies cuadrados (…). Consta de sótano, planta baja y principal en parte de ella, con algunas buhardillas, un sótano, una cueva, patio cochera, una pequeña cuadra, comunidad y obras de limpieza, hogares y campanas, escalera principal y de sótano, fuente de agua potable en éste con su depósito, cañería y demás que le corresponde, pozo en el jardín y losas de arena en la calle”.

Había pertenecido a las religiosas Comendadoras de Santiago, siéndoles expropiada en 1837, durante la Desamortización de Mendizábal, y subastada, pasando primero[10] a manos del “hacendado en varias provincias y residente en la calle Capellanes” Manuel Safont Lluch, destinándola inicialmente a vivienda de su padre; aunque la arrendó a Pedro Giraud de Villette (Real fábrica de Papeles Pintados designada por Isabel II “proveedor adornista honorario en el ramo de Papeles Pintados”, hasta el año 1836”), quien tras morir la traspasó a su hijo Segismundo (sin obtener el privilegio Real de su padre), enajenándola (agosto 1848) “con mobiliario, utillaje, planchas de madera, existencias de papel, etc” a Lorenzo García, cuya viuda incapaz de sostener la hipoteca de su marido (junio 1895) la vendió a Casimiro Mahou Birhan.

Desconocemos la primera residencia en la villa y corte madrileña de Casimiro Mahou Birhans; pero si sabemos que cuando llegó como inquilino (ocupando el cuarto principal) al inmueble de sus futuras fábricas en la Plazuela del Limón tenía casi 44 años y la pequeña Amalia Mahou Colignan terminaba de cumplir 4 años[11].

Durante el siguiente ejercicio (1849) trasladó sus aposentos a un cuarto bajo, convirtiéndose en Director de Papeles Pintados (y papelista según posteriores padrones), y contratando como criada o sirvienta a la joven de 22 años Brígida Solana (Ambite, 1 de febrero de 1827), quien residía en Madrid desde hacía seis años[12].

En estos momentos su anterior vivienda la ocupaba la familia de su empleado Pedro Martínez (estampador de papel y maestro fabricante de estampados). También residía en el inmueble (barrio de Amaniel, Parroquia de San Marcos, manzana 541) su propietario Lorenzo García quien pagaba anualmente una renta de 5.500 reales[13].Muy importante de cara a la futura fabricación de hielo y cerveza es que la finca incluía “una fuente de agua clara, alcantarilla de 4 monedas y jardín” y además “estaba asegurada de incendios de la sociedad de propietarios”.

De este modo -al menos hasta 1951- el terreno permaneció habitado por estos tres empleados de la fabrica y sus respectivas familias y también por sus sirvientes.

Pronto Casimiro Mahou fue consciente que las planchas de madera y métodos artesanos que empleaban en la antigua Real fábrica de Papeles Pintados estaban desfasados, y necesitaba una importante modernización.

“Las Maravillas” Mahou y Ballesteros, y los hijos del industrial y su sirvienta Brígida Solana

Ambos se habían conocido durante el primer periplo del francés por tierras españolas, y según acuerdo firmado el 29 de diciembre de 1850 Mahou se asoció con el zaragozano Santiago Ballesteros, para crear una sociedad mercantil[14] “con objeto de establecer una Fábrica de Papeles bajo la denominación de Las Maravillas”. Casimiro aportaría el equipo “máquinas, moldes, cilindros y demás enseres” y se responsabilizaría de “la fabricación en general, y toda la parte directiva”. Ballesteros se encargaría de las ventas y “la administración general de todos los negocios de la compañía”. Ambos se comprometían a “enseñarse mutuamente (…) todos sus conocimientos, a fin de que en todas circunstancias puedan remplazarse el uno con el otro”.

Un aspecto relevante del pacto era que Casimiro tendría derecho a ocupar “gratis una habitación cómoda donde aquella (la fábrica) esté establecida” en tanto que Santiago podría residir “también gratis en una habitación del local donde se establezca el almacén o depósito de venta”. Aunque la producción continuaron haciéndola en la Plazuela del Limón, pronto tomaron medidas para importar nueva maquinaria, adquiriendo en 1953, además de un inmueble en el numero 4 de la calle Espoz y Mina, y el almacén surtido de Papeles Pintados en el número 18 de la calle del Carmen propiedad de Lorenzo García (propietario de la Fábrica de Amaniel que dirigía Mahou), donde establecieron “Las Maravillas”. Sabemos que exportaban sus productos a las posesiones españolas de Ultramar, a Portugal y sus colonias y a muchos otros países del extranjero y que tenían depósitos en varias provincias[15].

Aunque el viudo francés pasaba más tiempo fuera que dentro de casa atendiendo negocios de administrador y estableciendo relaciones comerciales, la juventud y belleza de su sirvienta Brígida con sus 24 años -quien trabajaba para él desde hacía ya un bienio, enseguida despertó el interés y la pasión de su jefe (47 años).

Que prácticamente la doblará en edad no fue impedimento para su relación sentimental. El 24 de Abril de 1851, nació Alfredo Mahou y Solana, primer hijo bastardo de ambos (rama de los actuales propietarios), quien fue bautizado tres días después de su alumbramiento, con los apelativos de Gregorio Alfredo[16].

La llegada del nuevo hermano de Amalia Mahou (quien contaba con 8 años de edad), propició que Casimiro contratara también como sirvienta a la viuda Josefa Fernández (Ría-Asturias, 10 noviembre 1923)[17], posiblemente tía de Brígida.

El clan aumentaba y también el volumen de negocios del industrial francés. Durante el año 1852, la familia de Pedro Martínez abandonó el recinto y cambió de domicilio[18], aunque mantuvieron amistad al menos hasta 1856.

En este tiempo Casimiro Mahou Birhan ocupaba ya todo el edificio, usando como vivienda los pisos “principal y bajo”. Además, el 26 de mayo de 1853, la sirvienta Brígida Solana alumbraba a Enrique, segundo bastardo de Mahou. Fue bautizado tres días después con los apelativos de Enrique Felipe José[19].

Era el tercer hermano de Amalia Mahou Colignan, que en esas fechas contaba 10 años de edad. En 1854 la muchacha desapareció como residente en el inmueble[20]. Ignoramos el destino que Casimiro Mahou tenía reservado a su primogénita. Posiblemente la enviara a París con su abuela paterna y parientes, para ser educada en Francia, aunque según la familia -datos sin documentar- podría haber muerto de cólera (como ocurrió con su madre, casi una década antes).

Durante ese interino tres nuevos habitantes fijaron su domicilio en el inmueble de la Plazuela del Limón. Isadora García (soltera, 18 años y paisana de Brígida) como criada; Rafael Lamas (casado) y Manuel González (soltero) [21].

Tras casi siete décadas, 1856 fue el último año en que la antigua Real Fábrica de Papeles funcionó en la Plazuela de San Juan La Nueva/Plazuela del Limón. Mientras, Brígida Solana avanzaba el sexto mes de su tercer embarazo.

El 13 de marzo Casimiro Mahou Birhan (52 años) y Brígida Solana Fernández (29 años) contrajeron matrimonio en la Iglesia Parroquial de San Marcos. Como padrino del enlace actuó Santiago Ballesteros, y Pedro Martínez como testigo[22].

Ambiciosa empresa papelera en el extrarradio, en pleno “Valle del Moro”, compra del edificio en Amaniel y disolución de la sociedad mercantil

Pero los negocios mandaban, y siendo abril de 1856, Mahou y Ballesteros, adquirieron “unos terrenos extramuros de esta corte y sitio que llaman Valle del Moro (Calle San Marcos nº 25 antiguo y 7 moderno) a la derecha según se mira al norte de la carretera de Francia, y (…) la unión de ésta con el camino de Chamberí”. Mahou tenía 47 años. Era aquí donde junto a su socio Santiago Ballesteros, construirían su nueva fábrica de papel pintado “Las Maravillas”, con maquinaria moderna y una operación más grande y mecanizad, que inaugurarían dos meses después.

Cuenta la tradición, que durante la presencia árabe en la Península, un moro acaudalado llamado Kas, vivió en Torrepedrosa, un pueblo muy cercano a Vallecas. Los cristianos le obligaron a huir y con sus sirvientes y ganados, decidió asentarse en un valle cercano a la cuenca del Manzanares. Por eso, comenzaron a denominar la zona como «valle del moro Kas», que con el tiempo evolucionó en «Vallekas» y por último «Vallecas” [23].

En esta finca, más espaciosa que el viejo domicilio, cerca de Fuencarral y Chamberí, con extensión de 4 fanegas y media, situada “a la derecha, según se mira a la carretera de Francia y (…) la unión de ésta con el camino de Chamberí (…). Perímetro 400 pies de línea por carretera (111,46 metros)” había “dos hornos de fábrica para cocer ladrillo, dos casas, una de planta baja y otra también principal de fábrica de ladrillo, sus fachadas (…) una noria abundante de agua con su revestimiento de ladrillo y maquinaria correspondiente en estado de servir (…) cobertizos y demás”[24]. Posiblemente trasladaron los enseres útiles de la antigua fábrica y desecharon planchas de madera inservibles, libros de muestras y registros contables. No obstante, al principio mantuvieron la vieja impresió,n junto a las modernas usadas con los nuevos cilindros. Ballesteros aportó “1 cilindro y 12 mesas de estampar”[25].

Pocos meses después, el 25 de octubre de 1856, nació Luis, el tercer hijo del francés Casimiro Mahou y Brígida Solana, a quien bautizaron dos días después en el mencionado templo con los apelativos de Luis Frutos Santiago[26].

Durante 1856, se procedía al cierre definitivo de la antigua fábrica, mientras Mahou tramitaba su adquisición, posterior puesta a punto e incorporación de nuevas sirvientas y personal al servicio de la familia. De esta forma, pronto Sebastian Fernández (3 enero 1829) y su esposa Baldomera García (27 febrero 1928), paisanos de Brígida Solana, se mudaron como nuevos vecinos del histórico inmueble[27].

El 1 de marzo de 1857 se verificó la inauguración oficial de la gran fábrica de Papeles Pintados “Las Maravillas”, contando con la presencia de SAR el Infante Don Francisco (hijo de Carlos IV y María Luisa de Parma), en representación de la familia real española, quien anunció a los socios una próxima visita a sus instalaciones del monarca español[28]. Situada “a tres kilómetros y medio de la Puerta del Sol, en el punto más alto de las cercanías de Madrid, dominando por una parte todos sus caminos y alrededores, viendo por otra a sus pies el Canal de Isabel II, lindando con la carretera de Francia (…) y (…) por último confluyendo con los caminos que parten desde las puertas de Recoletos, Santa Bárbara, Bilbao, Fuencarral y Conde Duque (…)”. ““El edificio posterior de la izquierda, todo diáfano y con elevadísima techumbre, se ha construido ex profeso para fábrica de colores, gabinete de química, filtro y demás dependencias de la parte científica de esta industria” (…)[29]. A finales del ejercicio trabajaban en la fábrica de los socios Mahou y Ballesteros, más de trescientos operarios y contaban con más de 10.000 planchas[30].

El 2 de noviembre de 1958 nació Carolina y el 30 de marzo de 1864 María Luisa, las dos últimas hijas de Brígida Solana y Casimiro Mahou. La primera fue bautizada el 3 de octubre en la Iglesia Parroquial de Chamberi con los apelativos de Carolina Valentina [31].

El 12 de abril de 1859, Casimiro Mahou, protocolizó la compra del famoso inmueble de Amaniel a Ramona Vela (viuda de su compañero y propietario Lorenzo García), cargando con los gravámenes que pesaban sobre él. Pagó 160.000 reales, doblando el precio abonado por García en 1848. El industrial francés tenía nuevos planes, y necesitaba efectivo para poder afrontar este pago y afrontar su próxima empresa. En su interior tenía dos casas, y contaba con un pasadizo subterráneo en el subsuelo (existente aún) con acceso al Convento de las Comendadoras. Sobre esta transacción existe una carta de pago y liberación de hipoteca fechada en mayo de 1862, sobre la casa Plazuela de San Juan la Nueva nº 6 (antiguo) y nº 1 (moderno) de la manzana 541. Otorgada por Ramona Vela (viuda de Lorenzo García) a favor de Casimiro Mahou. La referida señora manifiesta que “por escritura (…) de 12 de julio de 1859, vendió a Casimiro Mahou la casa por 160.000 reales de vellón (…)”[32].

La escritura de venta repitió la descripción de 1836, con “diseños en plantas y alzados” (lamentablemente perdidos) añadidos por Juan Morán Labandera, académico de San Fernando, quien en documento fechado el 25 de abril de 1858 lo describe como: “un sitio de figura polígono irregular de seis lados (…). Compónese esta casa de piso bajo, en cuyas principales crujidas carecen de distribución por haber estado destinado a fábrica de papel pintado: portal de entrada y tránsitos; cajas de escaleras, patio principal y otros particulares, con soportal, sótanos y fuente de aguas dulces, situado en el primero de mano izquierda (…), piso principal comprendido entre dos aletas que se advierten en la fachada de la Plazuela del Limón (…) constituyen su distribución, varios y espaciosos salones, y piso de boardillas o desvanes que produce el resultado de las armaduras”. Su construcción era bastante sólida en: “albañilería (…) revestido de cajones de mampostería (…) y ladrillo (…), los zócalos de las fachadas principales (…) asimismo de mampostería (…) con ladrillo a diferentes alturas (…), escaleras, batientes, jambas y dinteles de piedra berroqueña” [33].

Por estas fechas “Las Maravillas”, donde trabajaban 300 operarios, contaba con un almacén en la Carrera de San Gerónimo, y estaban haciendo grandes acopios y preparativos para las obras de la Puerta del Sol[34]. El negocio iba viento en popa, y de los 80.000 reales de inversión inicial, habían pasado en pocos años a tener un capital activo de 2.200.000 reales. No obstante, el 18 de abril, Casimiro Mahou y Santiago Ballesteros decidieron disolver su sociedad, abonando el segundo al primero el valor que le correspondía, y pasando Las Maravillas íntegramente a manos del zaragozano. En este acto Mahou se comprometió “a no establecer nunca por si, ni por otra persona, fábrica ni almacén de papeles pintados, y a no tomar participación, directa ni indirectamente, en ninguno de los establecidos o que se establezcan en lo sucesivo”, concluyendo la prohibición” si por causa o fuerza mayor … Ballesteros se viese en la imposibilidad de cumplir lo que en esta escritura se compromete”[35]

[1] Michel Zylberberg (1993), Une si douce domination: les milieux d’affaires français et l’Espagne vers 1780-1808. Paris, Comité pour l’Histoire Économique et Financière de la France).

[2] La escuela gratuita de diseño (Llotja) de Barcelona, 1775-1808. Manuel Ruiz Ortega. pag. 91.

[3] Archivo Regional de la Comunidad de Madrid. Caja 12747.

[4] Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Tomo 36278)

[5] Archivo Eclesiástico de Metz. Nacimientos. (Francia).

[6] (Capítulo I, nº 223, y Archivo General de Simancas, Comercio, Legajo 328-19, Documento 66, “razón de pérdidas…”). La Real Fábrica de Papeles Pintados de Madrid (1876-1836). Isadora Rose-De Viejo.

[7] Archivo Villa de Madrid (Est. 1-26-1. Padrón 1. Enero 1848).

[8] Archivo de Palacio (Personal. Caja 397. Expediente 15).

[9] Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Tomo 25.960.

[10] Archivo Villa Madrid (Estadística. 1-207-2).

[11] Archivo Villa de Madrid (Est. 1-26-1. Padrón 1. Enero 1848).

[12] Archivo Villa de Madrid (Est. 1-32-2. Padrón 1. Enero 1849).

[13] Archivo Villa de Madrid (Est. 1-207-2. Padrón 1. Enero 1850).

[14] Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. Tomo 26180.

[15] La Ilustración -Periódico Universal- nº 423. Tomo IX, 6 abril 1857.

[16] Archivo Histórico Diocesano. San Marcos. Legajo 4. Bautismos. Folio 305.

[17] Archivo Villa de Madrid (Est. ¿?. Padrón 1. Enero 1852).

[18] Archivo Villa de Madrid (Est. 1-66-5. Padrón 1. Enero 1852).

[19] Archivo Histórico Diocesano. San Marcos. Legajo 5. Bautismos. Folio 312.

[20] Archivo Villa de Madrid (Est. ¿?. Padrón 1. Enero 1855).

[21] Archivo Villa de Madrid (Est. ¿?. Padrón 1. Enero 1855).

[22] Archivo Histórico Diocesano. San Marcos. Matrimonios. Legajo 3. Folios 225 y 226.

[23] Blog de Julia Fatela, 4 de Mayo de 2011.

[24] Archivo Histórico de Protocolos de Madrid. T. 25.866.

[25] Canals, 1999b, pág. 79, n. 91, cita documento Archivo Histórico Nacional, Hacienda (Reg. e-5193, “libro de la … contribución industrial, Madrid).

[26] Archivo Histórico Diocesano. San Marcos. Legajo 7. Bautismos. Folio 70.

[27] Archivo Villa de Madrid. Estadística. Padrón 1857.

[28] Diario de Palma nº 1, 29 octubre 1857.

[29] La Gaceta, 9 mayo 1857. Boletín Oficial de la Provincia Madrid, 12 mayo 1857.

[30] El mundo pintoresco: La ilustración Española, 1 agosto 1858.

[31] Archivo Villa Madrid. Estadística. 3-483-5.

[32] Escritura protocolizada el 31 de mayo de 1862, ante el escribano notario de Reinos de los del Ilustre Colegio de esta Corte y principal de actuaciones del Tribunal de Comercio de la misma, D. José de Célis Ruiz.

[33] Archivo Histórico de Protocolos. Tomo 25960.

[34] El Mundo Pintoresco, 1 Agosto 1859.

[35] Archivo Histórico de Protocolos. Tomo 25960.


Javier Julio García Miravete

Escribo luego existo. Me apasiona la cultura y soy un empedernido luchador contra la injusticia y la corrupción. Admiro la sabiduría de los demás y a cuantos crean para la construcción de un mundo mejor. No me duelen prendas para reconocer en los demás méritos y virtudes, que me gustaría aprender de ellos. Soy un rebelde con causa siempre abierto a nuevos caminos y empresas. Periodista amante de la ciencia, el arte, la literatura, la fotografía, el cine, la música, el coleccionismo, los libros y papeles antiguos que me permiten reconstruir perfiles e historias de otros tiempos. Sueño con proyectos magníficos que me desbordan y que no logro activar por desintereses políticos. Desde aquí impongo mis normas sin someterme a protocolos. Escribo lo que quiero como quiero e intento ser libre.

4 comentarios en «La historia recuperada. Más de un siglo y medio de Mahou. Capítulo I (Inicios hasta 1859)»

  • el 18 agosto, 2018 a las 10:43 am
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    Extraordinario!!!! A la espera de más. Libre de prejuicios, libre , libre….libertad de expresión.

    Respuesta
  • el 2 diciembre, 2018 a las 10:48 pm
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    Excelente, como siempre. Gracias una vez más por compartir.
    Un abrazo muy fuerte de tu amigo Miguel Lacomba Aragón, nieto de José Aragón Pina.

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