Azpirilandia: El mágico mundo del joven artista mexicano Ander Azpiri


Durante 40 días, el Instituto de México en España exhibió una retrospectiva de la polifacética producción artística de su compatriota Ander Azpiri (Guadalajara, 14 de Septiembre de 1971) agrupada bajo el titulo genérico “El Horizonte”. Profesor del Departamento de Arte de la Universidad Iberoamericana  (2000-2004), coordinador de exposiciones del Centro Cultural de España en México (2002-2005) y curador independiente desde  2006, este creador cuenta con una brillante trayectoria internacional.

Su obra ha estado presente en diversos museos y galerías de todo el mundo. Actualmente reside en Madrid, donde compagina una intensa actividad creativa que desarrolla en su pequeño taller del barrio de Carabanchel con sus servicios como asesor artístico de la red de Centros Culturales que la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo (AECID) tiene dispersos por todo el mundo.

Orgánismos vivos, que nacen, se desarrollan y mueren

México D.F., Oaxaca, Aguascalientes, Madrid, Bilbao, Valencia, Berlín, Brest o Vernazzam son algunos de los puntos referenciales, que han exhibido el trabajo de este creador, cuya obra intenta llenar espacios sin desdeñar ningún material de utilidad que pueda servirle para plasmar sus concepciones gnósticas del arte en cualquiera de sus manifestaciones.

Considera Ander Azpiri Landa que “las obras irrumpen en la mente creativa del autor, consiguiendo en ocasiones habitar lugares inesperados, como en plantas que brotan de grietas o tejados donde, si nadie las corta, fundan una selva”. De este modo, éstas se convierten en “organismos vivos, que crecen y se diseminan en función de sus propias características y las del medio que les rodea”.

Todas tienen dentro de sí connotaciones humanas, estando en permanente y plena evolución. “Igual que nosotros, intentan desarrollarse y hacer algo con su vida. Para ello, -piensa el artista- “utilizan diversas estrategias para mantenerse funcionando” que van “desde la discreción hasta la dominación, pasando por varios grados de adaptación, trasgresión, hibridación, simbiosis, convivencia o parasitismo”.

De este modo, sus manifestaciones artísticas “se nutren con lo que el medio les ofrece, volviéndose -según el caso- más o menos especializadas” al tiempo que “recorren distintos ciclos vitales hasta alcanzar la muerte”.

El universo como fuente de mágica inspiración: “soy espejo, me reflejo”

Desde estos parámetros conceptuales, Ander Azpiri Landa pretende penetrar con sus imágenes y composiciones dentro de un universo gnóstico y global, abarcando ese espacio creativo -infinito y mágico- que buenamente podríamos bautizar como “Azpirilandia”.

Quizá por este motivo, el tímido y joven mexicano, ha actuado en innumerables ocasiones como asesor, curador y conferenciante. En su trayectoria no faltan tampoco los premios. En 1995 fue galardonado con el primer premio de escultura convocado en Bilbao por la Universidad del País Vasco.

Tras este reconocimiento contribuyó con el artículo titulado “soy espejo, me reflejo” publicado en la revista “Diversa” (Nº 3. Junio 1995. EHU-UPV, San Sebastián), donde dejó plasmada su visión desde la retaguardia de la vanguardia, arremetiendo contra convencionalismos y estereotipos de gobernantes, tendencias y mercados; y dónde mediante interrogantes intenta buscar respuestas que avalen la creación artística como  método trasgresor del universo imperante.

«¿Por qué entonces nos seguimos esforzando en llevar el arte a espacios no habituales, en introducir temas y referencias? ¿Y por qué seguimos insistiendo en desarrollar a través del arte, nuestros deseos de transformación social? Quizá estemos empeñados en dotar al arte de un sentido, de una razón de existir que nos satisfaga. O tal vez pensemos que ese margen otorgado al arte, además de servir al interés del poder económico y político, permite todavía pequeñas dosis de trasgresión».

Quizá porque, como concluye su texto Ander Azpiri: “actuar con nuestros iguales es movernos horizontalmente”.


Javier Julio García Miravete

Escribo luego existo. Me apasiona la cultura y soy un empedernido luchador contra la injusticia y la corrupción. Admiro la sabiduría de los demás y a cuantos crean para la construcción de un mundo mejor. No me duelen prendas para reconocer en los demás méritos y virtudes, que me gustaría aprender de ellos. Soy un rebelde con causa siempre abierto a nuevos caminos y empresas. Periodista amante de la ciencia, el arte, la literatura, la fotografía, el cine, la música, el coleccionismo, los libros y papeles antiguos que me permiten reconstruir perfiles e historias de otros tiempos. Sueño con proyectos magníficos que me desbordan y que no logro activar por desintereses políticos. Desde aquí impongo mis normas sin someterme a protocolos. Escribo lo que quiero como quiero e intento ser libre.

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