Rocío Patarroyo. Pasión musical de una adolescente rebelde (II)


(Entrevista inédita realizada a mediados de 1996, cuando Macondo Project apenas era un proyecto en la mente de su joven inspiradora Rocío Patarroyo. Soñadora y abrumada por el éxito internacional de sus dos Manueles (hermanos) que con el paso del tiempo ha logrado abrirse un hueco indiscutible en el panorama musical y artístico de América Latina).

Fue el 24 de Febrero de 1996 cuando llegué por primera vez al municipio de Girardot, en el departamento colombiano de El Tolima, donde un par de días después Rocío Patarroyo Murillo me relataba sus inquietudes, dificultades y proyectos en el mundo de la música. Las palabras -de la décima de una brillante saga de once hermanos- quedaron “inéditas”, pero grabadas. Rescatadas del olvido, para “Voces del Desierto”, ven hoy por primera vez la luz en esta web.

La música como elección y los consejos paternos

Mi elección ha sido hacia la música que fue lo que desde pequeñita siempre me atrajo. Tengo un grupo integrado por siete músicos y yo, que soy la solista.

Nosotros nos encargamos de hacer música, de componer, de cantar muy bien y de ser muy profesionales. Los temas que componemos son fundamentalmente música tropical: cumbias, porros, etc…

Mi abuela paterna Isaías era muy parecida a mí, y por eso yo era la niña consentida de mi padre por el parecido físico que tenía con su mama. Los dos teníamos una relación muy estrecha, inmejorable: éramos padre-hija y nos llevábamos muy bien, éramos cómplices. Eran unos vínculos fuera de serie, únicos.

Mi papa siempre respetaba las opciones y elecciones de sus hijos, te apoyaba para que te esforzaras en ser lo que realmente deseabas.

A él le dije toda la vida que de mayor me quería dedicar al mundo de la música, y nunca me intentó quitar esa ilusión, aunque. era una persona muy inteligente y se daba cuenta que el ambiente de la música es pesado: droga, sexo, relajo, etc… Él lo veía así y hablaba conmigo de estos temas.

Punteando a Paco de Lucía en su guitarra con apenas 8 años

Al principio no estaban de acuerdo y tenían toda la razón porque les habían acostumbrado mucho a todo lo de la ciencia, y todo era por ese campo: los triunfos, los premios, etc… Y de repente viene la hija chiquita y les dice que está metida de lleno en la música, que ha tomado cursos en el Conservatorio y que va a seguir adelante con el tema.

Para ellos fue difícil asumir esta decisión, pero luego mi mama decidió apoyarme y ayudarme a salir adelante, y en ella hoy en día tengo mi más firme soporte.

Me acuerdo que siendo muy niña mi papa me mandó hacer una guitarra a mi tamaño. Tenía 8 años. En la radio oía mucho los punteos de Paco de Lucía, me los aprendía y los sacaba en mi guitarra.

Temas como «entre dos aguas» y todos esos los sacaba solita, clavados. Los tocaba igualitos. Después grababa la canción, me ponía con mi guitarra y era casi igual. Entonces, yo me sentía dichosa.

Estuve en los coros del Colegio de la Presentación en Girardot, participé en festivales y concursos en el pueblo, también estuve en la tuna de Ibagué; y siempre me fue súper bien. Me presentaba a concursos y certámenes ínter colegiados, y siempre ganaba. Al finalizar el bachillerato mis padres me regalaron un órgano electrónico, que estas viendo en nuestra casa de Girardot.

Clases en el Conservatorio y la Filarmónica de la Universidad Nacional

Al venirme para Bogotá continué con la música. Me he preparado en la Universidad de los Andes y en el Conservatorio de la Universidad Nacional. Allí estudie técnica vocal, armonía, melodía, vocalización, manejo de respiración, etc.

Nunca llegué a pensar cuando me vine de Girardot que la música fuera a ser un pasatiempo, porque me daba cuenta que desde chiquita sentía auténtica pasión. Mi hobby es si acaso la natación.

Hice cursos también con una soprano de la Opera de Colombia llamada María Pardo, con Isabel García que es una de las más grandes pianistas colombianas e hice y continuo haciendo cursos todavía con la Directora de la Filarmónica de Colombia.

Y cada día siento que canto mejor, porque uno se va dando cuenta de cómo maneja la garganta y el arte a su acomodo. Soy mezo y puedo hacer tanto tonos muy agudos, como graves.

No me siento aislada con respecto a mi familia, sino que yo misma me produzco el aislamiento porque he querido trabajar sola.

Mi profesora de piano se llama Isabel Corzo de García y trabaja en la Universidad Pedagógica de Colombia y en el Conservatorio de la Universidad Nacional.

También realicé un taller de técnica vocal con un contra tenor venezolano, una de las grandes promesas en opera existentes en Venezuela, llamado Wilmar García.

Y desde mediados del año pasado (95) estoy tomando clases de técnica y manejo vocal con María-Cristina Sánchez, Directora de la Filarmónica de Colombia.

Unos músicos «envidiados» por los números uno de Colombia

Estoy con los mejores de los mejores. La gente de mi banda son personas que han recibido todo tipo de ofertas y que se los rifan los números uno del país.

Yo los consigo, pero, ellos son conscientes de que están trabajando para alguien con mucha capacidad.

Me esmero por demostrárselo a la gente que confía en mí. Ahora mismo tengo dos ofertas, una de Sonolux y otra de Sony, y con ambas estoy haciendo la maqueta. También he recibido una propuesta a nivel internacional de la UEA. Al final grabaré con quien decida mi productor que me conviene más.

Me considero muy respaldada porque estoy con alguien que mueve mucho dinero y que pertenece a uno de los grupos económicos y empresariales más grandes de Colombia. Además, es un gran admirador del arte y plenamente consciente del valor de mi proyecto artístico y musical.

Impulsos superiores y profunda raigambre familiar

Me gusta tener fe en Dios porque considero que si uno no tiene un ser supremo que era lo que nos decía mi papa, no tiene impulsos superiores por los que luchar.

Cuando saque mi primer disco se lo dedicaré a mis padres. No se exactamente cuál será el título: «Por primera vez», u «homenaje a la música tropical» de pronto.

Ahora mismo tengo compuestos seis temas: dos cumbias, dos boleros y dos porros; aunque lo cierto es que vamos a grabar diez, y quedan aún pendientes cuatro. Por eso estoy en conversaciones con un amigo compositor para que me proporcione el resto.

En las actuaciones que realizado como solista siempre he tenido bastante éxito.

Por estas fechas, el autor de esta web preguntaba a Julia Murillo, su madre (ya fallecida), al respecto. La matriarca de la saga Patarroyo le aseguró lo siguiente:

«Rocío adoptó la decisión de dedicarse a la música. Lo ideal sería que hubiera optado por algo más seguro, pero, esa fue su elección y se le acepta”.

Durante mi estancia en su ciudad natal también visité la tumba de su padre en el cementerio de Girardot. Rocío está convencida que fue ese veterano policía que cantaba tangos de Gardel, quien la enseñó a soñar y la lleno genéticamente de acordes y de música. Finalmente su entusiasmo y vocación logro envolver a también a su madre y con ella a toda su familia.

Patarroyo y su hermano el científico Manuel Elkin: un apellido de relevancia internacional

De mi hermano Elkin me gusta destacar su manera de ser. Sus metas y su vida siempre irán encaminadas al servicio de la humanidad, de su gente y del mundo entero.

De pronto veo que de una manera muy individualista le falta algo. En sí como persona en determinados aspectos es muy descuidado consigo mismo, no tiene noción de lo que es el dinero y de que se necesita determinada suma para darse un gusto o dárselo a su familia. En eso es sumamente descuidado, aunque otras veces es supremamente acelerado.

Una faceta esta que el autor de Voces del Desierto pudo constatar con sus colaboradores y comprobar personalmente en diversas ocasiones. Existen mil y una anécdotas al respecto. El científico sabe que le queda mucho por hacer y siempre mira al futuro: es su particular y encomiable proyecto de vida. Confía plenamente en la humanidad, porque ella es la destinataria de su trabajo.

Es grandioso que precisamente gran parte de la gente que más admira a mi hermano Elkin pertenezca al mundo artístico.

Así se expresaba Rocío Patarroyo contra viento y marea. Hoy triunfa con su potente voz en Colombia y prepara su lanzamiento en América Latina liderando el grupo Macondo Projec.

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Javier Julio García Miravete

Escribo luego existo. Me apasiona la cultura y soy un empedernido luchador contra la injusticia y la corrupción. Admiro la sabiduría de los demás y a cuantos crean para la construcción de un mundo mejor. No me duelen prendas para reconocer en los demás méritos y virtudes, que me gustaría aprender de ellos. Soy un rebelde con causa siempre abierto a nuevos caminos y empresas. Periodista amante de la ciencia, el arte, la literatura, la fotografía, el cine, la música, el coleccionismo, los libros y papeles antiguos que me permiten reconstruir perfiles e historias de otros tiempos. Sueño con proyectos magníficos que me desbordan y que no logro activar por desintereses políticos. Desde aquí impongo mis normas sin someterme a protocolos. Escribo lo que quiero como quiero e intento ser libre.

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